Traductor

domingo, 24 de noviembre de 2013

Luz en los ojos del tiempo
que marcan las huellas del destino
y todos sus caminos alternativos.



Luz en mis manos.
Sobre ellas.
Y en el extraño recoveco del tramo de mi pantano…
Luz bajo el barro.
Dentro del estiércol.
Luz que exhalo cuando ya no trago el veneno arcilloso del silencio de mis labios.



Luz que se enciende desde el velo oscuro de mis ojos cerrados.
Luz de camino florecido,
aromatizado con espinas que no olvido,
humedecido por los pasos cansados de lo vivido,
abonado por el vuelo continúo.



 Luz bendita que miro.
Luz bendita que bebo.
Luz que respiro…
Mi luz que se atenúa en mis noches sin luna.
Mi luz.
Mis letras.
Mi vocabulario.
Mi voz.
Mi entrega.
Luz, mi única verdadera existencia.



Soy el demonio de todos mis mutismos
y soy el infierno en llama de mis vestigios

Soy la luz que me ciega

y la misma luz que me libera…




viernes, 15 de noviembre de 2013

amigo mío...



El agua cubre tus huellas,
el agua dulce de tus ojos.
Supe desde tu relato
que toda estrella, antes que un cielo
tuvo pesados pasos andados.
Aprendí que para brillar,
primero has estado tan roto.



Un niño lastimado.
Un niño que en silencio escucha su viejo llanto.
Un niño que ahora hombre
se descubre río noble.
Lleva el caudal de tus aguas:
la fuerza del pasado,
la fertilidad de lo aprendido,
la suavidad de las costas que has acariciado
y el destino tan amplio,
como pretendas encontrarlo.



Que no te derrumbe el miedo
de ser agua, pájaro, lluvia y vuelo.
Que no te detenga esa tormenta
que ruge y sacude el interior de tu cuerpo.
Que no te ahogue
la sequía de negarte a la verdad
de la vida.




El agua cubre tus huellas,
las ablanda,
las hace tierra y cenizas en tu alma.



Todos tus infiernos ahora mutan en cielos
porque desde tus nuevos pasos,
solo habrá tinta para escribir e insistir
en los dibujos de tus sueños.




No te detengas…
Esa agua que te inunda
puede ser tu mayor fuego.





jueves, 24 de octubre de 2013

Mi Casa


En la sima del cerro esta mi casa.
Y a los pies
del mismo cerro
se ubica, mi casa.




Es tan grande que en ella no me encuentro
y a la vez tan pequeña,
que no entro.



Me he visto,
desde afuera,
gritándome todo lo que me pierdo.




Me he sentido,
desde adentro,
prohibiéndome mis cielos.



La cerradura deja entrar la voz
de las palabras
que afuera se me escapan.
Esa luz
que alimenta y florece mi alma.



Abrir la puerta…
Permitirme entrar,
dejarme salir…



Son acciones que combaten
cuerpo a cuerpo,
en el territorio neutro de mi mente,
territorio muerto.




Aquí, bien parada en la distancia,
la observo.
Y sin notar el pasaje,
soy su cimiento.




En la sima del cerro
esta mi casa…
Florece agua en mi mirada,
cascada que liviana/lava/esteriliza mi alma.
Florece agua en las palabras dibujadas por mis ojos mirando el todo,
porque viéndola desde afuera y siendo dentro, la comprendo




… me conozco… vuelo.

Vuelo y vuelvo
Vuelvo al vuelo
Vuelo al volver…


Soy tan parte de mí Ser como alguna vez pretendí… ser.





martes, 23 de julio de 2013



  • -          Me abriga el alma una tristeza que entorpece mi pensamiento…  ¿acaso siquiera la luz de tus ojos pudiera hoy, abrazarme el suspiro agonizante que tras mi silencio es grito perpetuo?
  • -          Ya casi no te escucho entre mis manos, presentí algún sufrimiento. Es por eso que estoy aquí y en todos tus lados. ¿No me has visto?
  • -          No, lo siento. He estado ocupada… sufriendo.
  • -          ¿Soy capaz de hacer sonreír tu alma, para despejar tus pensamientos?
  • -          No sonrío… me lo tengo prohibido.
  • -          ¿Cómo es que has prohibido tu único camino?
  • -          Y tú dime… ¿por qué me censuro la sonrisa? ¿acaso no me siento digna de la grandeza de esa mueca?
  • -          Tú tienes la respuesta. ¿Qué puertas abre la sonrisa? Esa mueca que frenas ¿qué libera?
  • -          Siento se desbordan de mis ojos ilusiones y la promesa de armonía. Mí mente cabalga fantasías… siento un caudal creciente por dentro, un cosquilleo abraza mi cuerpo y todo lo detengo. Justo ahí. Cuando desde mis labios la presiento.
  • -          No quieres salir.
  • -          No.
  • -          ¿Has logrado el intento?
  • -          Si, pero he muerto. Al salir tras la mueca todo ha oscurecido hasta ser un infierno. El golpe es feroz y eterno. Cuesta tanto revivir una vez cubierta de sentimientos. La carne es sensible y se lastima. Me desnudo a un mundo que me transforma en su presa.
  • -          ¿qué mundo es ese que te convierte en víctima sin fuerzas?
  • -          Mi mundo. El que destinan mis actos, ese que mis pasos acercan y mis manos alejan. Ese desierto que quema mis ojos. Un mundo árido que no reconozco.
  • -          ¿Tu mundo? Sólo tu mundo…
  • -          Si.
  • -          Cuando ese mundo se fecunda con el resto.
  • -          Nunca… mi mundo es el purgatorio y en él quedo pagando mis muertes. Todas las veces que sonreí, caí en él.
  • -          ¿Cuál sería el infierno?
  • -          Tú olvido.
  • -          ¿Y el cielo?
  • -          Mí olvido.
  • -          ¿Has olvidado alguna vez?
  • -          Nunca. Tengo muy buena memoria y paga mi alma por ello.
  • -          ¿Te he olvidado alguna vez?
  • -          Muchas. Paga mi alma por ello.
  • -          ¿A qué se debe tu tristeza y agonía?
  • -          Hace unos días, entre la bruma densa de este maravilloso invierno, noté te estaba olvidando y fue entonces cuando sonreí libremente. Tanto sonreí que tuve que recordarte diciéndome los caminos de la felicidad a través de una bella sonrisa. Y te vi, te escuché, te sentí… volví a morir en tus manos para que me sientas. Me encadené al mundo que me hace vivenciar el dolor y los miedos… tristeza la que me apuñala el alma y a la vez la abriga, tristeza saberme necesitada de por fin olvidarte y tristeza por lograrlo.
  • -          Quieres olvidarme.
  • -          No podría, te lo aseguro.
  • -          Es tu cielo.
  • -          Prefiero este intermedio… no quiero cielos ni infiernos. No quiero extremos, quiero esta seguridad. Esta equidad.
  • -          Y tu tristeza, ¿qué hacemos con ella?
  • -          Abrázame… nada se resiste a tu abrazo en mí, seguramente ella dentro de tus brazos, también sonreirá para lograr un centro donde encontrarnos, aprendernos… y tenernos.
  • -          No me olvides.
  • -          No me olvides.





martes, 28 de mayo de 2013

El Nudo





Presiona.
Se ahoga el alma.
Se cansan las palabras.
Alguien desde mi pecho
intentando salir…

Presiona hacia dentro
el aguijón,
Su veneno va invadiendo
y quizás soy yo,
quien intenta salir de mí…




Mi aliento es frío. Mi cuerpo hielo.
Es tanto el silencio
Que me va convenciendo.



Un nudo.


Un nudo firme:
Que no une
que obstruye,
que no libera
que sujeta,
que ahoga,
que presiona,
que aprisiona,
que me aterra.


Y en la tierra lejana
tras mi ventana,
un árbol,
que florece estrellas
en pleno otoño.


Tierra fértil y mansa
que mis pies no alcanza,
por un salto
que atraviese carencias,
entrego todo.



Es estirar mi mano,
atravesarme el pecho,
tomar la flor,
mirarme
y seguir viviendo…


Pero no.
Soy el muro que me retiene
y también quizás,
el muro que me protege.




Se avecinan
vigilias silenciosas.
Pronostico:
un cielo sin cielo,
un pecho sin mérito,
un nudo que desgarrará lo que siento…


Para bien.

Para mal.



O… para mí.



sábado, 11 de mayo de 2013
























No tiene ningún sentido
andar sin abrigo,
cuando la noche te ha jurado
el peor de tus fríos.

No.
No tienen ningún sentido
morderte los labios,
abrazarte el cuerpo,
si desde tu piel
el invierno es tu destino.





jueves, 14 de marzo de 2013

Bicho raro



Ahí esta,
frente a mí.
Cerrando todo cuanto puede,
encarcelándome
en mi propia muerte.



¿Lo ves? - me pregunto-
Lo siento - me contesto-
Aunque sentirlo me hace inmune al sentimiento
-continúo diciendo-


Pero esta… va creciendo.
Y se quejan los dedos de dolor intenso,
cuando después de tanto tiempo,
 se han vuelto añejos/ tiezos/ ciegos…
Corruptos ante el propósito de mis vuelos.


¿Y a mí me lo dices? También lo padezco.
¿Acaso pesan los pasos
o más pesan las pisadas del cansancio?...
¿Aletear con plumas de concreto?...
¿Luchar sin ese empujón de aliento?.


-          Hay un paredón que nos construye.
-          Que nos hunde…
-          Si…
-          Esos sentimientos hechos ladrillos de palabras que antes barro,
con los días y el paso injusto de ellos
se han secado sobre/dentro/alrededor… nuestro.
-          Esos sentimientos… como duelen cuando se acumulan unos tras otros/unos sobre otros/ unos dentro y fuera/unos… que son un todo.


Siguen ahí…
Siguen aquí…


Y tachar sin siquiera volar en un intento
… o dos o miles.
Tachar los pensamientos: esos garabatos
húmedos, con aroma a viejos.
Tachar… tachar… tachar…
Las palabras y las horas en vano van siendo tachadas.
No hay tinta, ni encuentro…
Ni tiempo, ni espacio… sin tacto vengo viviendo/muriendo.


-          Tachar hasta romper el blanco del mutismo
… la soledad de palabra.
-          Tachar como defensa,
mientras nos apuñala.


No muere, sigue allí… aquí… revolotea… se burla… nos pisotea.



-          Gritaré!!!
-          Qué palabras?
-          Sonidos…
-          Nada lo espanta.


-          La muerte y la vida son sinónimos, en esta esquina.

-          Lo sé, lo sabemos… ya nos ves: ahogadas por el viento que intento soplar,

es que trago piedras al tachar.



Ahí esta… el bicho raro,
que me habita/nos habita.
No puedo matarlo,
siquiera asustarlo.


Esta creciendo…
Esta observando…
Tengo miedo… siento nos va ganando.






“Un verso…
sólo un verso con sentido,
que anide en alguien despertando nuestro alivio.
Un verso, sólo un verso aunque solitario…
y estaremos a salvo”.
-suplico-


jueves, 3 de enero de 2013


El sol en la esquina está quitando espinas
al verano inocente que casi indigente
viene a pedir limosnas
de aromas
que se me escaparon hace un par de renglones,
hace ya, tantos callejones.
Hace ya tantas palabras,
 hace inviernos de sábanas.



Y los árboles se abrazan entre plegarias de brisas susurradas.
entrelazan sus ramas
como bocas que se pierden ahogadas
una en otra.
Y yo casi loca
beso mis suspiros suplicando algo de tu destino.



Me sorprende el rostro el llanto del cielo,
me sorprende mi gesto
tan entregado al tacto
de gotas cayendo sobre una sonrisa que te nombra,
te nombra sintiendo.



Y aunque el día pase a ser noches,
y la noche maldita se disfrace de días interminables…
Eres tú tan dentro de mi piel un inalcanzable,
que alcanzo con sólo cerrar mis ojos
con sólo extender mis manos.
Con sólo hacerte parte de mis labios.
Con sólo saberte a mí lado.



Quisiera poder tener alas y ser ese sol que roza tu rostro,
o la oscuridad que abriga tu alma,
Quisiera ser ese objeto que miras sin mirar y te distrae del entorno,
ser el globo, que te eleve tus cartas cayadas
y ser el hada,
que cuida de tus sueños cuando tú los dejas tan lejos de tus espaldas…
Ser los océano para besarte los pies estés dónde estés.
Ser el aire para rodearte si necesitas el abrazo de alguien.



Pero soy ésta aquí en medio de éstas dos distancias…
La tuya.
La mía.
Soy ésta que se calla y esconde
soy también la que se muestra en palabras y no responde.



Ven acurrúcate aquí sobre mi pecho y déjame que te cuente:
Cómo el sol se ha venido débil en pleno enero.
Cómo  las palabras cerca de tus manos cobran el sentido primero.
Cómo las sábanas resguardan el aroma tuyo y mío, en mis sueños.
Cómo el mundo no es mundo si no te recuerdo.



Ven recuesta tu alma sobre mi pecho… deja el cuerpo en el otro hemisferio, en el otro mundo
En todos los otros infiernos.



Cierra tus ojos y mírame que hace tiempo no te veo.


(no dejen de escuchar ésta canción)