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jueves, 3 de enero de 2013


El sol en la esquina está quitando espinas
al verano inocente que casi indigente
viene a pedir limosnas
de aromas
que se me escaparon hace un par de renglones,
hace ya, tantos callejones.
Hace ya tantas palabras,
 hace inviernos de sábanas.



Y los árboles se abrazan entre plegarias de brisas susurradas.
entrelazan sus ramas
como bocas que se pierden ahogadas
una en otra.
Y yo casi loca
beso mis suspiros suplicando algo de tu destino.



Me sorprende el rostro el llanto del cielo,
me sorprende mi gesto
tan entregado al tacto
de gotas cayendo sobre una sonrisa que te nombra,
te nombra sintiendo.



Y aunque el día pase a ser noches,
y la noche maldita se disfrace de días interminables…
Eres tú tan dentro de mi piel un inalcanzable,
que alcanzo con sólo cerrar mis ojos
con sólo extender mis manos.
Con sólo hacerte parte de mis labios.
Con sólo saberte a mí lado.



Quisiera poder tener alas y ser ese sol que roza tu rostro,
o la oscuridad que abriga tu alma,
Quisiera ser ese objeto que miras sin mirar y te distrae del entorno,
ser el globo, que te eleve tus cartas cayadas
y ser el hada,
que cuida de tus sueños cuando tú los dejas tan lejos de tus espaldas…
Ser los océano para besarte los pies estés dónde estés.
Ser el aire para rodearte si necesitas el abrazo de alguien.



Pero soy ésta aquí en medio de éstas dos distancias…
La tuya.
La mía.
Soy ésta que se calla y esconde
soy también la que se muestra en palabras y no responde.



Ven acurrúcate aquí sobre mi pecho y déjame que te cuente:
Cómo el sol se ha venido débil en pleno enero.
Cómo  las palabras cerca de tus manos cobran el sentido primero.
Cómo las sábanas resguardan el aroma tuyo y mío, en mis sueños.
Cómo el mundo no es mundo si no te recuerdo.



Ven recuesta tu alma sobre mi pecho… deja el cuerpo en el otro hemisferio, en el otro mundo
En todos los otros infiernos.



Cierra tus ojos y mírame que hace tiempo no te veo.


(no dejen de escuchar ésta canción)