Traductor

domingo, 9 de febrero de 2014

Cuando muera.


Despiadada sepultura has de venirme ante mis ojos llenos de lágrimas.


Hoy quita esa maldita y bienaventurada venda de mis ojos
para ver la realidad macabra… realidad amada,
ese maldito esperado trono.


Hoy toca ser ave y gusano andando mis venas,
ser cloaca de mis sentimientos y sueños de mis entrañas
apestadas a mierda.


Hoy toca levantarse sola
porque la soledad es la única que sustenta.


Vedme bienaventurados del amor eterno:
Como os río de vuestro defecto,
vedme tan sencilla y compleja
que ni la soledad me tolera.


Escribir tornillos sobre los brazos sangrientos
para guiar al torrente el cause directo.
Escribir verdades y despellejarme el esqueleto
para que mientras leáis, sepias que
 os sacudo vuestros rostros en forma de repulsión
a mis modos de expresión.


No os detengáis en un comentario ante mis sátiras.
No detengáis siquiera a leer hasta mis ultima palabra.
Os digo en tono de súplica
si no sabéis lo que es amar
entonces tampoco sabréis que el amor
no es eterno.


No vengáis a mi sepultura con flores fresca
Si he muerto
No digáis siquiera la proclama de tu pena por mí.


Si venís
que sea porque el amor se alimenta
de lo que has de dar y lo que he dado
y aún muerta vivo en ti.


No traigáis flores a mi tumba.
Quiero palabras latiendo en vuestra lucha

por no dejarme ir.

lunes, 3 de febrero de 2014

Lazarillos

Ojos que destrozan la calma.
Mirada cerrada.
Callada.
Ahogada.



Ojos ciegos llorando tinta,
derrochando sigilosos cualquier palabra
alojadas en las retinas.


Ojos que elevan las paredes de mis laberintos:
Dolor helminto.
Corinto.
Lazarillo.


 Ojos desiertos pero fértiles al duelo.
Lagunas estancadas
de aguas que corren sin dueño,
de aguas abandonadas.


Mis ojos.
Mi mapa.

Mis ojos,
lazarillos que me conducen
a la perturbación de mi alma.


Mis ojos mi mirada,
reflejo de túneles inundados

por palabras tragadas.