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miércoles, 27 de enero de 2016

Cuenta mi cuento...

Es que hacía falta correr tras el conejo,
lamer el polvo de mis lágrimas
y detener el tiempo justo en éste maldito momento.

¿Hacía falta hundirse aún más…
más allá de todo lo que fue un infierno?

Si. Y que éstas filosas astillas que brotan de mis ojos
vayan tan a puntería a mis vuelos.
Hacía falta correr,
para caer sin que me sostenga ningún cielo.

Flotar en el barro de mis penas,
sin gato ni gemelos,
sin un Sombrerero…

¿Hacía falta que duela ese mundo
tanto más que éste mundo?

Si. Y volcar mi mirada infinita en el espejo,
en ese hueco hondo en mi pecho…

¿Hacía falta despertar de ningún sueño?

Si. Y juega mi niña a la rayuela,
salto entre cielo y tierra.
Juego conmigo a las escondidas
y a las canicas que apuntan a la melancolía.
Juego en las ramas de las arboledas
para caer y quebrarme las ilusiones.
Juego en los charcos de lluvias eternas
para saberme empapada de desamores.

Hacía falta correr,
tomar envión pero hacia abajo y caer.
Hacía falta doler,
tomar ese veneno para nacer.

¿Tanto así?...
Sí, así duele la desilusión de aquel país maravilloso…
al menos en mí.

¿Y hacía falta tanto?
No, no era necesario.
Pero no elegí ser como soy
 supongo que por eso mismo no había otra opción.


1 comentario:

  1. La inteligencia se mide según decimos las cosas. La inteligencia está por encima de la razón. Una razón que no maneja la inteligencia está perdida. Si tuviera tu corazón cambiaría muchas cosas y, si tú tuvieras el mio, tantas cosas cambiarías. Ser inteligente en su alegría y su dolor se debe de añadir al valor de hacer y justo entonces, aflora la realidad con sus luces y sus sombras cuando te miras al espejo...Hallar la felicidad puede resultar un ejercicio difícil pero hay gente con problemas que lo es...La inteligencia entonces es un placer cuando se utiliza correctamente y para eso, hay que vivir para empaparse de la vida. Cuando se es inteligente en un momento dado, da mucho placer...

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