Traductor

sábado, 16 de enero de 2016

El desarraigo

Había un lugar donde todo eran sonrisas,
donde las caretas cobraban vidas,
donde los vidrios eran negros, tan negros como nuestros desiertos tan oscuros como nuestro veneno
y donde la noche demonio no llegaba porque sin saberlo,
estaba dentro.

Había un lugar donde todo era cordial (?)
La charla mentira.
La cara siniestra sonrisa.
La simpleza manipuladora.
La nobleza cobradora.

Existía ese lugar dentro de mi bosque,
una casa con parque y perros
con coche y final feliz,
con niñas correteando,
con grietas debajo
y un enorme volcán implotando…
Llevándose todo,
por cielo y tierra
mar y aire.
Todo la existencia…

Hacia adentro mi dentro,
mi centro.
Mi comando.
Mi mando,
Mi existencia.
Mi supervivencia.

Un equilibrio deshabilitado,
Quebrantado.
Una tierra mía sin mi esencia.
Una hierba sin mi flor.
Un paraíso sin mi sinceridad.
Una cumbre sin mi ostentad.
Una bahía sin mi humanidad.

Y  donde yo reinaba.

¿Reinaba?
Reiniciaba.
Recaía.
Resurgía.
Resucitaba.
Resistía.
Reaparecía.

Moría y mi cuerpo vivía.

Existía un lugar:
Un “hogar represión”.
Un solitario compartir compartiendo todo sin soledad con absoluta soledad.
Una cascada sin castidad, un golpe sorpresivo, una desazón con culpas.
Y un continuo “Necesito una ducha”.
Un aliento.
Una mano.
Una sonrisa…
Un empujón al abismo sin paracaídas,
con la auxiliar mano que me hunde,
con el cansancio de un ente que pregunta para vivir.

“Necesito un lugar, un centímetro para ser,
una honestidad mía para existir, necesito mi comunión para salir”.

Dame un lugar,
un centímetro infinito entre tu cuerpo y mi existencia,
Un adiós sin justificativos.
No quiero un corazón sin latir, dame tu pequeño ínfimo espacio desierto,
tus sueños inconclusos, tu voz sin justificativos, tus lágrimas ríos.
Dame ese algo que me excita…
Alguna razón
algún segundo de existencia,
un grito de auxilio,
un llanto desgarrado,
una suplica.
Una mano extendida.
Una pequeño gesto.
Un gran salto.
Un desierto entre ambos con rosas color azul sin ninguna cruz.
Un pedazo de historia,
dame un lugar con nuestra memoria.

Un amor nuevamente.
Un lugar con risas,
un llanto que termina en exhalas,
una distancia que termina en abrazo,
un fin que anuncia esas miradas de “te amo”
y un inicio que nos dice “te estaba esperando”.

Todo está bien.
Todo sigue su camino.
Tú tu lado,
yo mi desgarro.

Un largo tiempo,
un desarraigo.
Un exilio de sentimientos.
Un tu y yo muerto, asesinado.


Recuerdas cuando sabíamos al mirarnos
¿Qué puerta abrir, que oscura esquina lamer, que palabra escribir?
¿Recuerdas cuando en el agua tu sexo era mi vuelo desalineado?
¿Cuándo llorábamos de risa?
¿Cuándo llorábamos con un dolor desarmado?
¿Recuerdas cuándo me tomabas de las manos y nos dormíamos?
¿Cuándo tocabas mi intimidad y el cielo abríamos desvergonzados?
¿Recuerdas cuándo eras el máximo logro y yo tu amor?
¿Recuerdas cuándo era un hogar feliz y un futuro mejor?
¿Recordadas cuándo lambias en tus labios el sabor a mi plenitud?
¿Recuerdas cuándo fingir no era parte del trato contratado?
¿Cuándo mi cuerpo se arqueaba pronunciando infinitos golpes de te amo?
¿Recuerdas cuándo nos completábamos?

Había una vez un hogar con sonrisas,
con corridas ingenuamente sexuales,
con caricias predispuestas a desarmarme.

Había una vez un hogar que sucumbió,
por el destierro,
por la seguridad,
por no amar hasta amar,
por no hacer infinito
lo finito,
por dejarse estar.

Ahora solo cruzamos alguna que otra palabra
en el laberinto cotidiano de las fallas.
Ahora solo consensuamos encontrarnos en ideas
y no pasiones.
En destinos absurdos y no en deseos delatores.

Ahora solo somos esqueletos,
sin piel sin tacto sin deseos.

Ahora somos solo aquello
de esto
que quedo muerto
hace tiempo
pero que  por alguna razón injusta

no sepultamos por completo.






3 comentarios:

  1. Desde hace tiempo no creo que exista una tierra sin lagrimas pero nunca he dejado de creer en los bosques ni en los duendes ni en las miradas que hablan ni en los poemas que delatan los secretos que ocultan los silencios de la piel.

    Por cosas como esas te leo, por cosas como esas aguardo tus palabras.

    Beso.

    ResponderEliminar
  2. La realidad es que recorro tus palabras con mis recuerdos. Tanto hemos vivido en nuestros años que todo forma un cúmulo de vivencias y desvivencias...me ha paseado por tus sentimientos y por los míos arrancando cosas que no quiero perder y otras, que quiero perder sin lograrlo. Ojalá existiera la maquina del tiempo para que en un segundo, cambiáramos nuestro destino. Pasa la vida en toda su extensión; sin piedad muchas veces al ser tan cruda que no sabemos responder y entonces, somos victimas quizas de nosotros mismos.
    A veces me conmueve la sensibilidad en sun silencio para sertir, para sentirnos en la vida calando tan hondo que nos muestra el horizonte donde tenemos que llegar.
    Le deseo un feliz año 2016
    Buscador

    ResponderEliminar
  3. Los inviernos deben de ser primaveras.... Nos las merecemos
    Un saludo

    ResponderEliminar