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domingo, 10 de enero de 2016

El Salto.

“La altura no es la meta, sino saber caer para no lastimarse… tanto” dijo él.
Miró hacia arriba…
“no es la meta, sino el saber consciente de la altura” respondió ella con voz profunda.
Silencio entre ambos,
silencio más que callado.



“¿Miedo a ese hasta dónde puedes llegar?”
“¿Miedo a lastimarte aún más?”
Silencios repetidos en miradas paralelas,
miradas heridas por tanto afuera.

Alguien se acercó y dijo:
“el destino no los une ni separa,
solo se trata de  ustedes
y sus armaduras selladas… o sus armaduras ensambladas”

Se miraron.
Se encontraron.
No uno en el otro, sino uno en sí mismo más allá del otro.
Volvieron a mirar… uno hacia abajo, el otro hacia arriba.

Y de todas formas, tomados de la mano, saltaron a esto que es la vida.







2 comentarios:

  1. Vuelvo a aplaudir a la vida que muchas veces nos pone a prueba. El miedo a pasarlo mal o fracasar, sentirse impotente, no decidirse,consevar un estatus...
    La vida se plaga de pruebas que pueden ser determinantes y eso, puede traer alegrías o lágrimas. La cosa es que muchas veces tenemos que caminar ciegos; acarreando una inseguridad donde a mucha gente la hace desistir en su intento.
    Sin duda no hay amores cobardes ni formación de la persona si no pone su empeño en su vida. La via es así y con valor hay que apostar hacer las cosas bién; exponiéndose a una caida tras otra y volver a intentarlo: La voluntad hace muchísimas maravillas...

    Como siempre la sigo fiel a sus palabras.
    Feliz verano en los inviernos de Laura.

    Saludos de Buscador.

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  2. innoble el miedo que desprecia lo querido para evitar el desengaño...
    un beso

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