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lunes, 6 de junio de 2016

Hablaré de mí...

Venga, acomode su presencia como si esto fuera a durar un largo rato. Verá, hoy desperté con ansias de ser en verdad escuchada. Sucede que vivo en un mundo repleto de hipocresías y recién vengo a caer en cuenta de las caretas; un mundo  desbordado de egos hambrientos, cuando al parecer el único menú que ofrezco es alimentarlos mientras me voy, poco a poco, secando.
No tome esto a personal… intente no ver más allá de lo que digo, que digo sobre mí y mis sentidos. De antemano le explico que si algo surge y produce alguna incomodidad, sepa que tiene que ver con algo suyo muy personal… y no mío.
No intento responder el mundo, solucionarlo ni mucho menos revelarlo. No soy más que una necesidad a por hablar, un suspiro con sonido. Y como el humo de éste cigarrillo una vez en vuelo, desapareceré para confundirme con todo lo que me traspase hasta dejar de ser.

Ahora bien, supongo nos vamos entendiendo, usted sonríe y es un acierto… procedo entonces a nuestro encuentro:




En tinieblas el mundo va tanteando,
manoseando y así la vida derrochando.
Nacemos ciegos de sentidos.
Nos llenamos la boca
con lo correcto por decir/escribir
y en realidad no vivimos.
Comemos gustoso lo que nos venden,
aun sabiendo que nos envenenan la mente.
Vamos andando obesos de vacíos,
de agujero negros,
de sin sentidos.
Alardeando la existencia, la inteligencia
cuando en realidad
somos una plaga que atenta
contra la única razón válida,
el único motivo esencial,
la única verdadera necesidad:
Sentir para vivir. Amar para existir.
Y yo…
Y yo busco
aquella utopía de Oliverio Girondo
que habla del vuelo
sin importar el cuerpo.




Busco.
Busco un beso.
Busco un beso que traspase mis huesos.
Busco un beso que traspase mis huesos, que toque mi centro, que se consuma en camino,
anestesie mi infierno y sea ese refugio mi alivio.

Una boca que no se quede solo en boca.
Unos labios que no se queden solo en mis labios.
Una lengua que no se detenga.
Que sea manos… buceando, socavando, creando.
Unos ojos que no se deleiten con  la superficie,
sino que gocen al conocerme y desvestirme.
Un tacto que no busque la suavidad de la piel,
sino la necesidad de astillarse con mi ser.

Busco un beso que deguste a alma,
que su sabor final no sea un cuerpo.
Sino  que vaya hacia adentro,
para entonces si penetrarme el esqueleto,
las viseras,
la carne,
la piel
(sin desangrarme)
y sacarme de este infierno.
Que me invierta,
que yo vista mis huesos,
que lo cotidiano siquiera quede adentro.
Busco una especie utópica
que me bese con tremenda osadía
todo lo que inevitablemente cambiará
para abrazarme y no soltarme jamás.



¿Pero quién me besaría
si  yo fuera la gemela de Quasimodo,
o si mí imagen nació
cuando Cyrano me contó sus modos?

Si el tiempo es el ácido que lo corroe todo
¿Por qué tantos se aferran a lo que inevitablemente desaparecerá?
Y usted me dirá:
la belleza única es la interna.
Y yo preguntaré: ¿entonces por qué lo inquieta lo de afuera?
Usted responderá: por algo se llega.
Y yo concluiré: no si sus ojos saben sentir para ver… lo suyo es extrema ceguera.



Busco manos.
Busco manos sin miedo.
Las que lleven en sus palmas el deseo urgente
Por hallarme.
Y en la punta de sus dedos,
el olvido de tocarme.

Busco el sexo
que conjugue en el mío todos los tiempos.
Que no sea uno, sino todos.
Que me ate al perpetuo desborde,
y me suelte
para luego atraparme y me aflore

Busco el hombre
cuyo caudal de conocimiento,
derrumbe todos mis cimientos
Ese hombre que al romper el aire con su voz
sepa que en mi silencio
voy jadeando cada encuentro
Un hombre que la única violencia que ejerza
sea  la de liberarme para ser,
en un mundo que se inventa como cadena
para la mujer.

Busco la plenitud en la tranquilidad.
De carcajadas, cosquillas, silencios,
debates, enojos, besos, abrazos,
juegos, soledades, necesidades…
Esa infinidad finita
llamada felicidad,
esa completud exquisita.

Y así moriré en todos mis tiempos… buscando.
Dejaré de existir como ya no existo, postergando.
Y ese mal sabor del deseo no concretado,
cubrirá como el rocío a mi tumba…
esta boca seca,
estas manos quietas,
estos sueños quebrados,
este amor utópico y desesperado.



6 comentarios:

  1. Aquella noche, Laura tuvo un sueño y aquel sueño se expandió desde su invierno. Con belleza su corazón le relataba la madurez del amor y del deseo; el calor de la protección que da el saber y su alma de mujer, sensible y con misterios que un hombre ha de descubrir...La felicidad era un punto en el horizonte donde ese punto precisamente era algo inalcanzable en su interior, por venir del corazón, cuando el corazón se une al alma. Esa alma se cotiza en mercados de quién busca autenticidad cansado de tanto divagar buscando lo que ella busca y además, lo tiene.

    Laura estaba lejana con soledad a flor de piel. Sus labios rosas eran primavera en invierno con belleza interior y exterior; con alegría profunda de mujer por sentirse realizada...La melodía de sus ojos, sus huesos, sus escritos, el tiempo donde vive y su pais, deseaba descubrir aquello que intuye con el alma puesta en la parrilla, dispuesta a dar el mundo, su mundo, a cambio de autenticidad.

    Pasa el tiempo con cuenta atras; un reloj lleno de dudas y de tanto buscar cuando el cielo esta gris...Los inviernos de Laura es la belleza de la juventud cuando todo está por descubrir; una primavera de joven mujer inmaculada que quiere encontrar en derecho a nacer y a vivir, muy a pesar de la realidad...

    Cuantos millones de personas persiguen lo mismo amiga. Ciegos estamos como la noche de tus sueños. Metemos en una lotería de ilusiones; una lotería que le toca a unos cuantos...

    Si sigues mi consejo: La soledad es cosa de mente, no falta de compañía y la felicidad otra cosa igual. Yo soy feliz teniendo las mismas carestías que tú.

    Un beso.

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  2. Sabemos querida Laura, que no todo lo que escribimos es reflejo de nuestras vivencias aunque no es menos cierto que siempre hay algo de ellas.
    Sabemos también que un texto tiene tantas interpretaciones como lectores porque cada uno tiene lee con el filtro de su experiencia.
    Para mí, tus escritos no tienen sólo una única interpretació que haría de él esa variedad de lector determinado. Tus escritos tienen muchas lecturas y así ha sido siempre, desde que te conozco, desde hace tantos años, desde aquella manzana a estos inviernos.
    Estos textos me dicen algo nuevo cada vez que los recorro.

    Buscamos
    un beso que refresque los labios
    la caricia en una mirada
    que sea refugio y alimento
    buscamos la calma en un beso
    la paz en el roce de unos labios
    buscamos salir del infierno
    buscamos el calor de una hoguera
    sin que nos consuma el fuego
    la vida entera buscamos
    palabras en el silencio
    manos que rocen las manos
    caricias que ahuyenten el miedo.
    buscamos sonrisas y lágrimas
    buscamos, Laura, buscamos...
    buscamos lo que no tenemos.

    Un beso, amiga querida.
    sabes que estoy siempre atento a tus palabras y a tus silencios.
    JJ

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  3. Un gran placer conocerte
    Tus ideas con las letras como escribes..
    Mi admiración hacia vos
    un abrazo con luz
    te mando
    desde un dia de lluvia en Miami

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  4. Buena suerte en tu búsqueda. Mientras tanto,¿qué tienes para ofrecer que no sea amor?

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  5. Hoy desnudas, con palabras, cada rincón de ti. Hoy desnuda de palabras eres la mujer que habita los renglones que nos entregas y los silencios que guardas para arrullar la intimidad de tus sueños rotos...de tus amapolas con espinas, de tus rosas sin pudor.

    Beso.

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