Traductor

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Tras los muros

Hubo un mundo tras los muros, siempre.
Una revolución aquí y allá,
a por traspasar
a por unificar, completar.
Matar lo inerte… y verme.


Hubo que escalar, tan profundo fue escalar.
Para llegar sin anclaje,
liberando el ultraje,
la violencia que me aturdía,
los gritos de allá llamando con mi voz y yo distraída.
El haberme traicionado
golpeándome hasta sentirme muerta,
respirando piedras sin callar mi sonrisa inquieta.


Querer saltar y sostenerme con todas mis fuerzas.
Querer volar y mirarme sujetándome a la tierra.
Querer gritar mientras mi voz se silencia con muecas.
Querer estrellarme contra mi imagen para salir de mí
y verme jugando con las heridas, tan pacífica, tan siniestra.

Hubo un muro para llegar a mi mundo… siempre.
Y tan elocuente es la vida
que teje la estrategia del tiempo para darme
la hendija perfecta, la concreta;
para que tan solo en un paso,
sin tanto esfuerzo,
sin tanto arañazos,
sienta mi mano llegando al mejor de los estados;
mientras todo eso se va extendiendo hasta los huesos
y me voy encontrando.


Todos los motivos que encontraba,
todo lo que me movilizaba,
era para atarme y mantenerme quieta.
Todo era un movimiento hacia abajo.
Tragando mí barro
putrefacto
gritando.
Mientras yo misma,
empujaba entre llantos y risas,
mi cuerpo hacia
Abajo
Abajo
tan abajo
como no existe
¿cómo fue que lo hice?
¿cómo pude destruirme?



Algo de mí se mantuvo volátil
quizá una esencia,
un aroma a letras y risas,
una carcajada que supo huirme
para salvarme

Y cuando todo desaparecía sobre mí
…Me oí reír.
Quise verme antes de lo que creí eterno
y allí estaba la entrada tan sencilla
y sin mas que solo querer, pude pasar
traspasar
unificar
completar.

Mi mundo tiene tantas aristas como palabras que aun no se han escrito,
un laberinto que no significa la quietud infinita sino el movimiento tempestuoso,
entre sacudones y vuelos calmos, entre salmos y mentiras, entre diluvios y sequías, entre todo y la nada
ahí estoy, luchando
encontrando
y por encima de todo
yo
y por debajo de todo
yo.
El multitudinario y solitario de uno mismo
solidario con mi yo,

Comprender, aceptar después de tanta profundidad, fue el paso. Sin esperar más que un movimiento diminuto que aletargue el hundimiento,
que aliviane todo mi cuerpo.
Y cabalgando contra el viento en el bravo resentimiento
que me tuve
poder, encontrarme y abrazarme
con la soledad.
Que es la multitud más confortante abrazada a mis pedazos
uniendo mis miedos a mis sueños y armando
todo aquello que se necesita:
ese uno mismo
dentro de todos los mundos,  saltando cada uno de los muros.

Jugando a la felicidad
con el dado del dolor
tan solo para avanzar.
Casilleros desordenados en un tablero que voy pintando
ese es el universo de mis mundos
pero ahora no juego contra mí misma
sino que hago de todo el caos,
un caos digno de mí
y vuelvo a apostar… a por sentir.






No hay comentarios:

Publicar un comentario