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sábado, 27 de octubre de 2012

Peregrinos











 Caminos de humo se dibujan ante los pasos.


Pasos que alejan las huellas del nido que aún
(… aún un nido con lecho de trigo, aún vistiendo el soplo del sur)






Sur y norte danzando unidos.

Y unidos todos los suspiros…  exhalados, gemidos.

Gemidos que truenan en edenes carmín y praderas de jazmín.



Jazmín,  el aserrín de sus labios.

Labios hechos tacto.

Tacto hecho letra.

Letra hecha palabra.

Palabra floreciendo al poeta.

Poeta nacido en el sendero que despierta.



Despierta el sendero dispuesto a trazar todos los caminos.

Caminos de humo que se dibujan ante los pasos,
Pasos que pisan descalzos.

Descalzos los sueños, trepan escaleras al cielo.



Cielo, que es lema y bandera,
Bandera que flamea aún en los petrificados vendavales del tiempo sin destino.



Destino como sangre en infinidad de caminos… torrente él
y navegantes todos los peregrinos.



lunes, 8 de octubre de 2012

Súplica


Forjada  Señor esta mí arma,
mas no puedo dejar a un lado la duda
y la desdicha,
de saberme tan desarmada aún armada.
Tan indefensa con todas mis defensas incorporadas.


Habrá batallas, lo sé.
También las hubo, no las olvidé.


Aquí mi arma ¡oh Señor!
Aquí mi fragilidad
Y mi esperanza…
Aquí esa fuerza de la que Tú hablas
y mi desconfianza.


Aquí estoy… en pie,
sin ganas de empezar la marcha.


Embebida en duda estoy:
 si me he de mantener… o si
al primero soplo ventoso del sur, yo caeré.
Si soportaré los ríos hechos mar cayendo sobre mi tierra,
con firme paso… o si seré arrastrada por mi llanto,
hasta dar con la oscuridad abrazándome como espanto.


Soy mi arma y apunto hacia mí.


Usted recuerda?
Esa burbuja era yo…
Esa que se elevó.
Y fui yo quien con malicia
la reventó.



Tan dentro de mis ojos, tan cerca del filo… ahí convivo con quien soy.


Déjeme aquí,
dentro de mis muros.
No me pida que salga
¡le suplico!


Olvídese de mí.


Yo ya lo hice.
Suelte mi alma
déjenos aquí… desterradas.


Estoy armada, pero destrozada.
Sé que no soportaré
no me  sobreviviré…


¡¡¡Oh Dios!!!
Estoy lista para fulminarme.
Para ser mi propio sicario…
Le ruego me deje aquí dentro,
no me envíe a luchar por mí
porque no quiero verme morir
bajo mis propias manos…


Déjeme perdida en mis tramos
en mi burbuja y sus laberintos.
Permítame no ser fuerte
aunque con deshonra me eche de Su lado.


Permítame perderme.