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viernes, 21 de diciembre de 2012
miércoles, 12 de diciembre de 2012
La quiero a ella
·
Ese valor del que hablas
huele
a huida.
Desvístelo
sin prisa
y
verás el rostro de la cobardía.
o
No.
Si yo tuviera valor
lograría apuñalar éste
dolor.
Cobarde es la muerte
por arrebatarme el
alma,
por enseñarme el
rostro de la nada
y dejarme aquí
estancado,
barado…
siendo un montón de
mis miserias,
rasgándome la carne
buscando el aroma de
ella.
·
¿Entonces que harás?
Buscar un manantial de
valor
¿y ya?
o
No lo sé.
·
¿Y nosotros qué?
o
Nadie tiene más presencia
que la ausencia de
ella.
Ustedes a sus vidas y
yo…
Yo a mí muerte en
oscuro día.
Me asfixia el vacío.
La quiero conmigo.
No quiero un ángel que
me cuide,
quiero a mi hija
a mi Daniela,
a su mundo invadiendo
el mío…
no quiero imaginarla
en una estrella,
quiero que llegue…
que me despierte
… que me encuentre.
Sólo la quiero a ella.
No encuentro las
fuerzas
siquiera para abrir
los ojos.
Me duele respirar
… ¡¡es injusto
respirar!!
·
No permitas que yo pase por eso… te lo suplico.
o
No puedo prometerte nada.
·
No dejes ganar a la puta muerte.
no le des chance,
no le facilites que
nos arrastre.
¡¡No sé, matemos a
Dios al Destino!!
Pero no sueltes
nuestras manos.
No dejes éste amor mío
Deambulando por éstos
caminos…
o
La quiero a ella.
·
Y yo a vos… no seas más egoísta que yo.
o
¿Cómo hago?
·
No lo sé.
o
Ya no hay nada más para mí.
·
Si hay primo.
Preséntamela…
Yo no la conocí.
Cada día háblame de
ella,
permíteme desde tu
amor
conocer sus 19 años…
lo bueno… lo malo.
Dame a conocer a tu
Daniela.
o La quiero a ella.
sábado, 27 de octubre de 2012
Peregrinos
Caminos de humo se dibujan ante los pasos.
Pasos que alejan las huellas del nido que aún
(… aún un nido con lecho de trigo, aún vistiendo el soplo del sur)
Sur y norte danzando unidos.
Y unidos todos los suspiros…
exhalados, gemidos.
Gemidos que truenan en edenes carmín y praderas de jazmín.
Jazmín, el aserrín de sus
labios.
Labios hechos tacto.
Tacto hecho letra.
Letra hecha palabra.
Palabra floreciendo al poeta.
Poeta nacido en el sendero que despierta.
Despierta el sendero dispuesto a trazar todos los caminos.
Caminos de humo que se dibujan ante los pasos,
Pasos que pisan descalzos.
Descalzos los sueños, trepan escaleras al cielo.
Cielo, que es lema y bandera,
Bandera que flamea aún en los petrificados vendavales del tiempo sin
destino.
Destino como sangre en infinidad de caminos… torrente él
y navegantes todos los peregrinos.
lunes, 8 de octubre de 2012
Súplica
Forjada Señor esta
mí arma,
mas no puedo dejar a un lado la duda
y la desdicha,
de saberme tan desarmada aún armada.
Tan indefensa con todas mis defensas incorporadas.
Habrá batallas, lo sé.
También las hubo, no las olvidé.
Aquí mi arma ¡oh Señor!
Aquí mi fragilidad
Y mi esperanza…
Aquí esa fuerza de la que Tú hablas
y mi desconfianza.
Aquí estoy… en pie,
sin ganas de empezar la marcha.
Embebida en duda estoy:
si me he de
mantener… o si
al primero soplo ventoso del sur, yo caeré.
Si soportaré los ríos hechos mar cayendo sobre mi tierra,
con firme paso… o si seré arrastrada por mi llanto,
hasta dar con la oscuridad abrazándome como espanto.
Soy mi arma y apunto hacia mí.
Usted recuerda?
Esa burbuja era yo…
Esa que se elevó.
Y fui yo quien con malicia
la reventó.
Tan dentro de mis ojos, tan cerca del filo… ahí convivo
con quien soy.
Déjeme aquí,
dentro de mis muros.
No me pida que salga
¡le suplico!
Olvídese de mí.
Yo ya lo hice.
Suelte mi alma
déjenos aquí… desterradas.
Estoy armada, pero destrozada.
Sé que no soportaré
no me sobreviviré…
¡¡¡Oh Dios!!!
Estoy lista para fulminarme.
Para ser mi propio sicario…
Le ruego me deje aquí dentro,
no me envíe a luchar por mí
porque no quiero verme morir
bajo mis propias manos…
Déjeme perdida en mis tramos
en mi burbuja y sus laberintos.
Permítame no ser fuerte
aunque con deshonra me eche de Su lado.
Permítame perderme.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Soy... porque fui.
Bailaba seducida
por el viento,
acariciando
las copa de los árboles,
jugaba con
las gotas
antes de desprenderse
del cielo.
Corría descalza
sobre los labios del tiempo.
Dibujaba mi
nombre
en los
rincones del universo.
Atravesaba los
aromas de las sombras
y las
guardaba en las manos del invierno.
Pintaba caballos,
libres sobre
el mar
y el
polvillo de sus marchas,
salpicaban mi
ciudad.
Era polizonte
en las alas de las hadas.
Y era el
color rojizo de los desiertos.
Hurgaba en
las corrientes de todas las aguas
y asaltaba todos
sus secretos.
Estornudaba
carcajadas,
escondida entre
las plumas
transparentes
de los pájaros
indefensos.
Era la
coladera de aromas florales
que entra
por las rendijas,
para atraparte
y atraparme,
un instante
en tus mejillas.
Suspiraba los
rayos del sol sobre tu mirada.
Y montando un
caracol,
me escapaba…
Era el
grito del agua reventando contra las rocas,
y era la
palabra suave acariciando la arena.
Era la
noche sola
vistiendo a
las sirenas.
Jugaba al ta-te-ti
con los
demonios.
Y a los
dados, con los sueños amputados.
Construía castillos
de naipes
Sólo para
soplarlos.
Escalaba las
soledades,
sin llegar
a sus cimas...
Quería sientan
mis cosquillas.
Hacía burbujas
con las palabras
y me
divertía cuando te estallaban
en la cara.
Te desordenaba
las sábanas
y rompía tus herméticos silencios.
Me recostaba
sobre tu cuerpo
y te
contaba los deseos pecaminosos,
entre la
luna y la bruma,
entre las
nubes y los truenos.
Respetaba tu
ausencia
y me perdía
en ella,
desde ella
y para ella.
Construía murallas
para que me defiendan,
con ladrillos
de algodón de azúcar
y leones de
caramelo
que rugían deseo.
Encendía letras
sobre las leñas,
sin noción
de educar.
Sólo para ser
chispa de esmero,
ser luz en
la oscuridad.
Solía volar, tocando mis cielos,
rozando mis
infiernos.
Estrellándome
en mí reflejo.
Solía ser
algún lugar perdido,
un mundo defeso
para la realidad.
Un estanque
divino.
Un secreto
revelado en la intimidad.
También supe
arropar
a mis niñas
que dormían sobre las estrellas.
Jugaban desde sus piecitos,
con todos los
duendecitos
enamorados de
sus presencias.
Supe ser
leona asesina.
Llorar sin
media.
Secarme.
Arrastrarme.
Conocí la herrumbre
con que te sepultan las pérdidas
y reconciliarme
con ellas.
Supe ser
super héroe
y la villana
que muere.
Sonreí ante
el viento.
Aspiré todos
mis desiertos.
Fui una
inútil comunicadora de mis versos
y me hice
útil gracias a ellos.
Y hoy…
Todo y
cuanto siento, vivo, expreso…
es exactamente
igual al pasado.
Que es
futuro desde este punto,
que se
conjuga como incierto
pero bien
válido como único y certero.
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