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domingo, 7 de febrero de 2016

Existo

Vestida de infinitos harapos anduve el mundo,
susurrando palabras que no se escuchaban,
gritando deseos que ni yo encontraba.

Vestida de infinitas mantas
aún más me tapaba,
por creer merecer ocultarme,
por saberme digna de esa invisibilidad
que se me daba día tras días,
aunque ante los ojos yo paseara en carne viva.

Vestía sombras que me protegían
ante la luz de no ser vista.
Vestía lágrimas pesadas que me caían
sobre el fuego de saberme aquí dentro
tan viva, tan activa
pero, por mí misma… solo moría.

Pasó el tiempo y me acostumbré a la indiferencia de no existir
o mejor dicho a la diferencia de no existir.
Pasó y como si los caminos se hicieran praderas sin huellas,
jamás me encontré con mi imagen,
olvide mi rostro, mi cuerpo y mi ardor penetrante.
Olvidé que me merecía.
Me cubrí de hojas secas hasta hacerme tierra
sobre la tierra
y dejé que me pisen
y pisen
todas las huellas.

Hoy…
Agua…
Aire…
Fuego…
Me levanto para verme de nuevo.
Alcanzo tu palabra como si fuera un gesto
una mirada que me descubrió allí, tan adentro.

Hoy, agua desde mis manos.
Aire desde mis labios.
Fuego desde mi ser.
Y tierra… tierra para pisar firme mi existencia hacia la orilla de mi agua sobre mí arena.
Mientras exhalo la última bocanada de humo sobre la ventana,
pienso…
en el tacto despierto que abre mis labios,
mientras recorro los bordes, el interior y siento
y pienso.
Me nombro.
Me elevo.
Voy llegando a la existencia
y
ahora
agua aire fuego tierra
Sé que me merezco la existencia plena.

Voy desnuda mi alma en pena,
caminando las calles cuesta abajo.
Siento el aire que me despeina
y si alguien me ve
le muestro mi sexo que es mi estela,
sobre las gotas que caen del cielo que envidia mi pureza.

Voy desnuda mi alma llena
de vivencias plenas,
de invisibilidades que ahora hago concretas.
Desde mis gestos y ganas, desde donde se me encienda
el alma, las alas, el vuelo, la destrucción… la calma.

No sabía que merecía ser vista
(acostumbrada a que no me vean,
llene de callos mi existencia)
Hoy
desnuda,
con piel completamente nueva,
camino…

Camino el camino que yo quiera.



2 comentarios:

  1. Desnuda y valiente para llegar a ese final con buén puerto.

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  2. A veces te leo y añoro ( poco) encender un cigarro y leerte entre las volutas del humo , junto a los posos de su ceniza; leerte mientras apuro el cigarro , mientras te imagino escribiendo, mientras te recuerdo fumando, mientras te veo y te vemos.

    ( mereces ser vista , espiada, escuchada entre el humo de los secretos)

    Beso.

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