El cuerpo
duele.
No sé si
por costumbre o advertencia.
Duele y se
quejan los huesos, las venas, los labios, los ojos, la distancia a poca
distancia, el meticuloso pensamiento que viene a despertar miedos, queja desde
adentro
… duele el
cuerpo.
Afuera todo
el afuera.
Las manos
unidas, los adiós sonreídos y los holas abrazados.
Afuera la
enajenación, la desesperación y el amor.
Afuera la canallada,
el Otro que crece sin sombras apoyado en mis huesos de cenizas.
Afuera lo
bueno adentro lo malo.
Duele el adentro hecho trizas,
desarmado.
desarmado.
Yo y lo
malo,
el espejo
sin imagen,
las manos
atadas,
la
capacidad cortada,
el miedo y
todos sus túneles
saliéndome por
un cuerpo que se deja,
se me aleja.
Y un
derrumbe.
Que es el
valor? Valorizar?
Atormentante
conceptos que vienen a dejarme sin cuerpo,
dolor en
mis gritos que raspan la voz hasta quitarla de mis letras.
Y los ojos
son juez que me ven,
son bocas
que tiran desde sus dichos hilos atados a mi alma…
hasta
romperme,
hasta
dolerme,
hasta
desaparecerme.
Y la
muerte, nuevamente la muerte.
Ese tema
pendiente,
esa finitud
que tortura y el temor presionando fuerte
sobre el
pecho
hasta
sacarme desde adentro…
pero qué
dentro?
Si no hay
existencia no hay dentro,
aunque el
infinito hundimiento
en el tedio
deja
escalones ocultos por si en algún momento,
hay que
doler.
Y duelo. Y temo.
Y grito mis
lágrimas mientras me voy ahogando en los pensamientos.
Duelo…
duelo de
doler o duelo de lucha por un encuentro?
Duelo,
duelen, dolemos, dolencia, demencia.
Ausencias,
ausencia, ausente, muerte.
Vivir,
sufrir, sentir, morir.
Vivir morir.
Existir no existir, morir.
Y la
paradoja malévola,
ahora lucho
por vivir pero mi cuerpo cuando sonrío recupera desde mi infierno
la
posibilidad de un entierro y me aferro
mientras
dejo mi cuerpo.
Y ese miedo
que voy sintiendo
hormiguea
en mi rostro y mas temo.
Así el
cuerpo me duele.
Así me voy presentando
ante el espejo.
Así me
siento para empezar a verme.
Así latiendo.
Así duelo y
me sostengo.
Así tiemblo.
Así me veo…
Así me libero o me ato o me enfrento o me mezclo
Así voy existiendo.
Se me ha puesto la mirada vidriosa y ausente. Inundas mis sentimientos en pasados ya muertos de recuerdos para hacerte cercana. El dolor exige un remedio pero a veces el dolor trae más y más dolor cuando quizá la sol¡ución sea mas simple de lo esperado...Poco a poco me adentro en tus palabras con dueloe intento cescifrar muchas deudas del pasado no resueltas. Cominenza el invierno en Argentina y a qui ya mismo el verano pero hoy, mi vida es invierno en Argentina.
ResponderEliminarUn beso.
Querida Laura ya te dije ya te digo.
ResponderEliminarTantas veces duele el alma
tantas veces duele el cuerpo
tantas veces la atenazan
la duda, la noche o el miedo
tantas veces evitamos
enfrentarnos en silencio
a los ojos que nos miran
al otro lado del espejo.
Y duelen las lágrimas propias
y duele el dolor ajeno
y duele el temor a la muerte
y la duda eterna en el pecho
y duele el vacío que dejan
a veces esos recuerdos
de aquellos momentos felices
que, para siempre, se perdieron.
A veces nos duele el alma
a veces nos duele el cuerpo
y el dolor que veo en tu rostro
hoy, a mi, me está doliendo.
Quisiera ver tu sonrisa
que me la trajese el viento
quisiera darte mi abrazo
quisiera darte mi beso.
Reescribes el sentido de cada una de tus cicatrices, su espesor, su profundidad, el nombre de quienes escribieron en ti, la textura de las palabras que penetran en cada poro de tu sombra y no te concedes el beneficio del perdón, mientras te aferras al "inri" con el que tu corazón escribe...se escribe y lacera.
ResponderEliminarBeso