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jueves, 2 de febrero de 2017

Arquitecta de distancias

Cerré la puerta con tal fuerza
que la soledad, aquí dentro, se sintió presa.
Temblaron las ventanas hasta opacarse los cristales.
Y un abrazo propio cubrió las paredes hasta las rendijas,
cual  enredadera de hambrientos animales,
tibia por dentro hienas por fuera que lastiman.

Cerré el pecho-la boca-las manos
y las futuras huellas con tristeza me miraron;
se vieron como cenizas de lo que podría haber sido.
Sople con todas mis fuerzas  sobre mi nido
hasta que mi aliento se sintió forastero.
Y mis labios escribieron
sobre mis socorros
las palabras hacia mis logros.

Quise quedarme conmigo, sentada frente a frente con todos los habitantes que me inundan el ser.
Una reunión de consorcio repleta de demonios, ángeles, monstruos y algún que otro normalito silbando bajito, para pasar desapercibido en este motel.
Quise adornar el lugar con aroma a soledad, color a soledad, combinando los muebles y el polvillo con el rostro asustado de la Dama que intenta escapar pero a la que invito con un pucho y algo de vino, y la que sonríe conquistada por mis ademanes de amiga casi al suicidio.
Quise aislarme para aislarnos, hundirme para mezclarnos, tomar el veneno mientras respiro el antídoto, dejar de ver para reconocer. Quise alquilar este cuarto, por hora por años por tiempo indeterminado, dispuesto para disputar lo que sea que surja de aquí en más… conmigo y con nadie, con todos nosotros a solas, esa multitud que incomoda.

Y no habrá príncipe con musculoso ego capaz de atravesar mi propio abrazo.
Ni existe aquí doncella temerosa a la espera del rescate absurdo camuflado,
porque todos mis espacios están vacios para únicamente llenarlos conmigo.
Y ante la mirada extrañada de los que me escuchan reír mientras lloro el conocerme,
bailo y canto mi locura constructiva,
ellos me creen poseída,
intentan conquistarme para pasarmeal mundo que reconocen como real
pero entre paso y vaso esquivo esa salvación porque es una excusa justificativa que les adormece en una brutal negación.
Creer que el amor de a dos, es más natural que el que yo me enamore de esta que soy,
sigan por ahí que yo me enfrento a mi propio dragón…
Para volar por el cielo que se me antoje
sin reproches, sin mentiras, sin horarios, sin amnistías, solo mi genuina osadía.

No habrá luz que encandile mi mirada para que yo pise otro paso lejos, alejado del que me sale.
No hay cerradura ni abertura para intentar llegarme
Seré un montón de nada acumulada, tierra y rocas apiladas.
Pero dentro hacia adentro: un sinfín de caminos maravillosos y flores con aromas a bosques.
Con lagos sanadores y fauna fantástica, con duendes y hadas fornicando mientras hablan
y cruzan miradas sin tocarse
pero penetrados, tan adentro, como bajes en las cuevas que me voy conociendo.
Arquitecta de mi universo para dentro, un hormiguero que retumbe risas y llantos, anécdotas y recuerdos, mentiras verdades silencios y gritos, apuestas ganadas y mi mal humor jugando a la rayuela con la buena suerte, mi gente mis mitos.

Hay un cielo con estrellas que tienen ojos, aquellas miradas que me sostuvieron un padre; una hermana; un amor imposible; un gato; una flor; un aire que revolucionó mi cabeza; más gatos; mas amores; una lluvia ligera; una tormenta; un sol en pleno invierno; un montón de hojas secas bajo mis pies; una niebla que humedece mi sonrisa; el aroma de mi abuela; la sensación de una caricia.

Y cuando muera, si es que muero.
Y cuando no exista si es que la existencia se termina con el último latido.
Habrá un escrito que dibujará en el recuerdo de quienes me conocieron la verdadera vereda que los llevaba hacia este mundillo.
Habrá en sus ojos millones de cuadros pintados por mis locuras
y desde donde podrán encontrar la estructura total de mi soledad
tan habitada por mí como por mí misma.
Sabrán que amar para mí tuvo otro significado,
algunos refutarán mis teorías otros asentirán en silencio otros quizás y con suerte prueben su propio veneno para encontrar por fin el antídoto de la vida.
Y muchos otros lloraran y lloraran
 hablando de alguien que jamás conocieron
inventaran historias para justificar esa hipocresía que los habita
o contaran desde sus memorias
cosas que ni se acercan a lo que yo fui en vida.

Ahora entenderán
el por qué de mi soledad.
Y si existe un episteme de ego déjenme calmarlo con un beso.
Pero desde lejos…
Desde abajo…
Desde adentro…
Desde mi mejor lugar…
Desde mi verdadero lugar…
Desde todos mis demonios…
Desde la oscuridad y la luz siendo barro tierra y cuenco
Porque al alejarme no me alejo,
no por encontrarme voy a dejar de dar lo mejor de todo lo que llevo dentro.
Aunque me llague el alma, mucho de lo que fabrico como ungüento
aquí dentro
saldrá como besos, abrazos y palabras.
Aunque la erupción sea sellada…
Callada…
Tapada…
Destinada a perecer como algo que no fue.
¡No me quejo, doler hay que doler!
Morir hay que morir
para aprender a doler viviendo
y no vivir doliendo.

Mi ser se está construyendo a través
de su historia
 lo callado y lo dicho lo olvidado
Lo llorado lo reído y lo disimulado…
No me hundo para aislarme
Me construyo para que lo que decida dar
sea aun más neutral que la razón y más desquiciado que el amor.

Salud!
Al afuera y sus nefastas mascaras de apariencia
que ponen una mentira cual pared  para no ver
Salud!
Al afuera y sus caminos verbales que buscan un consolador de almas desahuciadas
que examinan desesperadas su razón de ser

No existo para completarte
mucho menos para sanarte,
existo para ser!
O no… pero es una existencia que tiene que ver conmigo;
Con mi hormiguero,
no con luces, ni destinos, ni energías, ni proverbios.
Ni frases hechas, ni absurdas justificaciones que me alejan:
Me distancian;
Me dan asco;
Me exilio de ese realismo.

¡Existo y eso es mío!





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