Cerré mis
ojos,
porque muchas
veces, llorar para adentro,
es bálsamo cicatrizante.
Una
corriente que nutre la tierra de partículas volátiles,
flotando en
un cielo gris oscuro que huele a suspiros profundos.
Un dolor
acuoso que une las partes imperceptibles,
ese supuesto
daño irremediable,
esa astilla
que a cada nuevo intento de paso
clava el
dolor del pasado, como presente;
y así
andamos… llorando afuera, dolidos al tranco.
Llora,
pero para
adentro (me dije).
Que, si hay
ahogo, sea el de las penas que te causaron;
Brinda,
todas las
veces que puedas (me dije).
Que las
lágrimas sean tu alcohol y tu agua
¡Pero
brinda a tu salud, caramba!
Baila,
descalza sobre
tu hielo y tus llamas (me dije).
Crea callos
a las huellas mal hechas y que el vals sea tango,
y el tango sangre
en tinta, la tinta tus letras,
tus letras
un atajo,
el atajo tu
salida.
La salida:
tu nueva mirada a la vida.
(me dije)
Abre los
ojos tan grandes como el lobo
y que el
mundo te vea de ese modo.
Ya no
juntes migajas para encontrarte,
ya no te
ates.
Sé la que
mata al dragón, pero a besos,
sube a sus
escamas y vuela lejos.
Sé la que
envicia a los enanos sanos
y la que
deja durmiendo al príncipe.
No tengas
miedo a lo que el espejo anticipe,
cómete toda
la manzana, la de Adán y la envenenada,
y cuando
caigas desplomada que sea por tus risas… ¡ah! y ve al baile siempre descalza.
(entonces)
Abrí mis
ojos.
Abrí mi
alma.
Salió mi mirada
Salió mi mirada
… Soy mi propio cuento de andadas.
Hola querida una gran entrada de letras con fotos que me la llevo a mi alma gracias por compartir lo que sientes
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