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sábado, 3 de noviembre de 2018

Me dije

Cerré mis ojos,
porque muchas veces, llorar para adentro,
es bálsamo cicatrizante.
Una corriente que nutre la tierra de partículas volátiles,
flotando en un cielo gris oscuro que huele a suspiros profundos.
Un dolor acuoso que une las partes imperceptibles,
ese supuesto daño irremediable,
esa astilla que a cada nuevo intento de paso
clava el dolor del pasado, como presente;
y así andamos… llorando afuera, dolidos al tranco.

Llora,
pero para adentro (me dije).
Que, si hay ahogo, sea el de las penas que te causaron;
Brinda,
todas las veces que puedas (me dije).
Que las lágrimas sean tu alcohol y tu agua
¡Pero brinda a tu salud, caramba!
Baila,
descalza sobre tu hielo y tus llamas (me dije).
Crea callos a las huellas mal hechas y que el vals sea tango,
y el tango sangre en tinta, la tinta tus letras,
tus letras un atajo,
el atajo tu salida.
La salida: tu nueva mirada a la vida.

(me dije)
Abre los ojos tan grandes como el lobo
y que el mundo te vea de ese modo.
Ya no juntes migajas para encontrarte,
ya no te ates.
Sé la que mata al dragón, pero a besos,
sube a sus escamas y vuela lejos.
Sé la que envicia a los enanos sanos
y la que deja durmiendo al príncipe.
No tengas miedo a lo que el espejo anticipe,
cómete toda la manzana, la de Adán y la envenenada,
y cuando caigas desplomada que sea por tus risas… ¡ah! y ve al baile siempre descalza.

 (entonces)
Abrí mis ojos.
Abrí mi alma.
 Salió mi mirada
… Soy mi propio cuento de andadas.






1 comentario:

  1. Hola querida una gran entrada de letras con fotos que me la llevo a mi alma gracias por compartir lo que sientes

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