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jueves, 13 de junio de 2019

Hay.

Como las gotas que revientan sus existencias
contra quien se protege de ellas,
como ésta tormenta que se manifiesta con todas sus fuerzas,
pero aún queda quien no se despierta.

Como el grito desesperado sobre el silencio de la indiferencia,
como todos los besos de una boca que no besa,
como el deseo de salir de aquel que, por miedo, se encierra,
como una maravillosa noche que abraza la fiera
y ésta la devora, con energía siniestra.


Como las mañas heroicas de un corazón
quemadas por el suspiro de un majestuoso dragón.
Como perder la mirada en lo infinito del universo
y que la mente te golpee contra el cemento

a veces la vida se siente como un intento en vano…

Pero hay gotas que llegan a mojar a la gente,
hay tormentas que alivianan el sueño,
hay gritos que logran una mirada,
hay besos que, en palabras, no mueren,
hay quienes salen de nuevo,
hay fieras que se dejan ser amadas.

Hay dragones rescatados,
hay miradas que vuelan a su lado

A veces la vida se siente como un intento en vano…
Otras veces no.


Y aquí voy, zigzagueando.
















martes, 7 de mayo de 2019



A penas una luz palpitante que me sorprende sobre la espesa oscuridad de la mente,
A penas una voz que se entrecorta y deforma desde las ganas de ser escuchada y las ganas de ser ignorada,
A penas un titubeo que me agarra todo el cuerpo, que me sorprende la risa y me la quita,
A penas todas las toneladas de mis penas, ardiendo sobre el próximo paso a dar,
A penas una luz pesquisa, una voz quebradiza, un temblor que embalsama mis ganas, unas penas todas ellas que me paran. Y esta luz que pregunta, que se instala, no se apaga.

A esa, a ésta; como a todos, pero como a ninguno, también le cuesta.

La vida siguiendo huellas en un lodo, de algún modo es bálsamo para no salir del pazo.


viernes, 25 de enero de 2019

Te sueno?



Suena un silencio tras mí nuca,
se apodera de mí piel, la altera.
La mente no entiende, el alma se ciega… 
ya no hay palabras, hay tinieblas.


Busqué, 
sobre los atardeceres brillantes, tus palabras,
esa belleza que daba, al horror, una calma.
Y ya no estaban, no estabas…
Busqué en mis dedos, la tinta
y ya te habías ido,
mí grito escrito fue solo un viento
 que me deja finita
ante tu mirada perdida. 
Sin aristas, 
sin posibilidad al túnel de tus tactos escritos 
y mis imágenes táctiles en ritos,

Suena el silbido del silencio cristalizando mis ojos.
Ya no te tengo.
Suenan mis labios temblando en mí invierno
y no están tus palabras abrigando mis desvelos.
Suena el alma cayendo.
Suena el horror en mis pensamientos y 
no hay tus manos para sacarme del infierno.

Suena...
Se escucha solo mí eco,
mí silencio,
y mí soledad,
que si no estás, es veneno.

Ruego en silencio,
qué nuevamente tus palabras, cuales dedos,
corran las sabnsab y se adentre en mi cuerpo,
abriendo todos mis deseos.
Escribiendo todo lo que mis ojos leen en tus manifiestos
acortando distancias desde mis jadeos.
Esos asaltos olenantes, tan tuyos
y tan mios, internos.

Shhh, shhh...
Silencio.
Aquí a la distancia,
a kilómetro de territorios,
yo toda te espero.




sábado, 3 de noviembre de 2018

Me dije

Cerré mis ojos,
porque muchas veces, llorar para adentro,
es bálsamo cicatrizante.
Una corriente que nutre la tierra de partículas volátiles,
flotando en un cielo gris oscuro que huele a suspiros profundos.
Un dolor acuoso que une las partes imperceptibles,
ese supuesto daño irremediable,
esa astilla que a cada nuevo intento de paso
clava el dolor del pasado, como presente;
y así andamos… llorando afuera, dolidos al tranco.

Llora,
pero para adentro (me dije).
Que, si hay ahogo, sea el de las penas que te causaron;
Brinda,
todas las veces que puedas (me dije).
Que las lágrimas sean tu alcohol y tu agua
¡Pero brinda a tu salud, caramba!
Baila,
descalza sobre tu hielo y tus llamas (me dije).
Crea callos a las huellas mal hechas y que el vals sea tango,
y el tango sangre en tinta, la tinta tus letras,
tus letras un atajo,
el atajo tu salida.
La salida: tu nueva mirada a la vida.

(me dije)
Abre los ojos tan grandes como el lobo
y que el mundo te vea de ese modo.
Ya no juntes migajas para encontrarte,
ya no te ates.
Sé la que mata al dragón, pero a besos,
sube a sus escamas y vuela lejos.
Sé la que envicia a los enanos sanos
y la que deja durmiendo al príncipe.
No tengas miedo a lo que el espejo anticipe,
cómete toda la manzana, la de Adán y la envenenada,
y cuando caigas desplomada que sea por tus risas… ¡ah! y ve al baile siempre descalza.

 (entonces)
Abrí mis ojos.
Abrí mi alma.
 Salió mi mirada
… Soy mi propio cuento de andadas.






domingo, 28 de octubre de 2018

Me paré.



Me paré.
Vencidas las heridas me puse de pié.
No soy otra, ni más fuerte, ni más sonriente;
luchar en el fondo, en el lodo
te hace otra piel pero no dejas de ser.

Me paré.
No veo otra perspectiva, ni me puse más linda
simplemente… gané.

Como si la tierra abriera sus entrañas y me vomitara; cómo si fuera el resultado de una semilla; como si yo sola me hubiera enterrado viva, para florecer… me paré.
Y caminé.
Y corrí.
Y volé.

Porque la herida es hija de que me herí.
Con el filo del pasado me abrí,
como escarbando alas en mí pecho
con el óxido del desprecio.

Frente a frente mí historia y mí presente
hacen las pases.
Dialogan sobre los personajes, fuman las palabras que escuché, carcajean  mí estrés, se toman un vino miran el infinito… se sienten muy bien.
Cada paso es una huella que late en mis letras,
un bombeo palpitante que lejos de delatarme,
me secreta.

Se inscriben, firmes, en los recovecos de mí mente
A veces para saltarlas a veces para volver a pisarlas
De pie, arrodillada, hecha un nudo de huesos y alma, descalza de armas…

Me paré y seguramente volveré a caer,
con más o menos fuerza, no lo sé.
Pero no dejaré de ponerme en pie.



sábado, 4 de agosto de 2018

Caligrama: Soy este ser.



Quién lee mis versos
conocerá todos mis secretos     Podrá
en cada vocal
desnudarme hasta mis debiles huesos,
y las sombras de todas mis historias
aprendera de buena memoria.

Una cabeza loca
narrando;
desde el dolor ando,
desde letras palpando
contando
mí legítima identidad.

Quién llega a mis versos,
me sabe
con mí sabor
verdadero.
Con mis miedos
conjugo los
verbos
Amar
Vivir
Morir
Ser?

Amor que amo
aunque mis ojos
terminen en llanto
por cada verso
contado/soñado.

Soy este ser.

Y si por cosas del azar no me ve, sepa que
algo mío, muy mío
quedará
en Usted.
Flotando
a su merced,
tómelo, no sea tan cruel.

Ahora tomé todo ésto y sople...
Que necesito un par de alas al viento, ser todos los besos al cielo.